domingo, 15 de septiembre de 2013

Aprende a comer - parte II



Pescado y Carne

Durante muchos años se consideraron como los alimentos más importantes y nutritivos y en los últimos años han sido foco de atención y críticas incluso por organismos de prestigio como la AMS (American Medical Association) o incluso la OMS que han alertado en múltiples ocasiones sobre los riesgos de su consumo a diario en casi todos los países desarrollados.

Cuando comemos pescado o carne, además de ingerir proteínas, ingerimos cantidades muy grandes de ácidos grasos saturados (ya sabéis, los que producen colesterol) y de toxinas bien inherentes de forma natural al producto, bien debidas a la contaminación que el organismo del animal ha ido incorporando a lo largo de su vida. Algunas de estas toxinas como por ejemplo el mercurio son ineliminables y se van transmitiendo de un eslabón a otro de la cadena alimenticia. Tan grande ha sido el riesgo en determinados alimentos que por ejemplo llegó a realizarse la prohibición de consumir pez espada o emperador en Estados Unidos por los altos niveles de mercurio que contenía este pescado.

Son cada vez más los especialistas en dietética y nutrición que recomiendan seguir una alimentación ovolactovegetariana, eliminando pescados y carnes y sustituyendo sus proteínas con las aportadas por derivados de la leche, o frutos secos, o cereales, o legumbres, o huevos.

Si bien no llegamos a eliminar por completo el consumo de pescado y carne, sí que es de importancia, reducir cuanto podamos su consumo y comer preferentemente carnes magras y pescados blancos (a la plancha o hervidos).

La sal y sus peligros

El cloruro sódico, sal común, es básico en la alimentación humana debido a que el sodio es uno de los más importantes minerales necesarios para nuestro organismo. El problema viene debido a que el sodio tiene que tener un nivel proporcionado con el potasio y el calcio, por lo que excesos de sodio pueden ser incluso más perjuciales que carencias del mismo, pudiendo conducir a nuestro organismos a desequilibrios fisiológicos muy graves.

No sólo tomamos sodio añadiendo sal a los alimentos, sino que la propia industria de los alimentos emplea el glutamato monosódico para dar sabor a sus productos. Problemas de salud típicos de países desarrollados tienen que ver con el exceso de consumo de sodio y el bajo consumo de potasio como la hipertensión, los infartos y las enfermedades del corazón.

La mejor forma de evitar estos problemas es reducir el uso de sal en nuestra alimentación e incrementar el consumo de fruta y hortalizas que son ricas en potasio. Otra opción es la existencia a la venta en el mercado de sales de mesa que son una mezcla de cloruro sódico y de cloruro potásico y que nos ayudan a mantener el fundamental equilibrio sodio-potasio del organismo. Tienen un sabor más amargo pero nos ayudan a reducir el consumo de sodio y a incrementar el consumo de potasio.

Los niños y el azúcar

Por su elevada actividad y consumo rápido de energía, los niños tienden a consumir cosas dulces. Si a esto unimos la desinformación publicitaria que reciben los menores para consumir productos con alto contenido en azúcares hace que el problema de la obesidad infantil en los países desarrollados haya llegado a cotas muy alarmantes. Consumen azúcar en bebidas azucaradas, refrescos azucarados, salsas azucaradas como el Ketchup. La mejor opción para aportar a los niños el nivel de azúcar necesario es inculcarles el hábito de comer frutas ricas en fructosa y glucosa que les van a aportar además las vitaminas que necesitan para su completo desarrollo.

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